Los enanos devoraron unas papas fritas, chizitos y otras yerbas y se dedicaron a fortalecer su amistad, que arranca ahora, en estas categorías infantiles y seguirá hasta que sean veteranos y se reúnan los sábados a la tarde a ver jugar a sus hijos en la primera.
Que después de todo, es la escencia de nuestro deporte y lo que lo hace distinto.
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