Era una mañana de Sábado muy temprano, amanecía en Lope de Vega y Colón (Saenz Peña) y los amigos de la Gloriosa M10 de San Martin se reunían para compartir un fin de semana inolvidable. Los más madrugadores fueron Luchito Colonna y Lucas García (aparentemente no podían dormir por la ansiedad), le siguió Petty Evert y así sucesivamente fueron apareciendo uno a uno hasta completar los 28 jugadores que finalmente viajaron a Rosario.
Luego de ultimar todos los detalles administrativos, los muchachos y sus entrenadores (Cuqui, Pototo y Gaby Tupak) subieron al micro, que ya los estaba esperando, con sus pertenencias (bolsos, mochilas, bolsas de dormir, IPODs, MP3/4/5, teléfonos celulares, cámaras de fotos., etc.) y comenzaron su periplo.
Luego de 4 horas de viaje los jugadores llegaron a la sede “Nahuel” del Club Atlético del Rosario y se encontraron con otros 54 clubes del todo el país (10 Provincias) con los que compartirían un Sábado completo de Rugby.
Se armaron dos equipos de San Martín (Azul y Verde) e inmediatamente comenzaron a jugar. Así pasaron clubes como Logaritmo de Rosario, Club Atlético Provincial de Rosario, Atlético del Rosario, Estudiantes de Paraná, San Cirano, Champagnat, Banco Hipotecario, Olivos, Sitas y otros tantos. Cada equipo jugó entre las 10 de la mañana y las 5 de la tarde un total de 6 partidos con resultados variados, con un corte a la 1 de la tarde para el almuerzo. En el transcurso de la mañana llegó el cuarto entrenador, el conocido “Tino”, que por razones laborales viajó en su propio auto hasta Rosario.
Luego de jugar el último partido, los jugadores cansados pero felices tomaron la merienda y subieron al micro para dirigirse al Club Alemán (Circulo Cultural Argentino Alemán de Rosario), lugar de hospedaje.
Al llegar al Club Alemán nuestros muchachos fueron distribuidos por sus entrenadores en dos habitaciones con camas cuchetas donde se instalaron y dejaron sus pertenencias. A continuación, con la dirección de Gaby, realizaron diversos juegos en grupo hasta que cayó el sol.
Una vez finalizadas las actividades, los chicos se dirigieron a las duchas para asearse y prepararse para cenar y descansar. Alrededor de las 21 hs. fueron al comedor, cenaron y luego todos juntitos a la cama, donde cerca de las 11hs. “literalmente” se desmayaron.
El domingo amaneció muuuuuy temprano, eran las 7:00 de la mañana y la mayoría estaba ya levantado y corriendo por el parque. Tino y Pototo tomaban mate cerca del Río Paraná mientras los chicos pasaban y contaban algunas anécdotas de la noche.
El desayuno se hizo esperar un poco, mientras tanto otra vez Gaby (UN VERDADERO GENIO) los entretenía con un nuevo juego grupal. A las 8:30 hs desayunaron, algunos con leche chocolatada, otros con leche sola y en todos los casos acompañada por unas exquisitas medialunas.
A las 10 hs partimos al Monumento a la Bandera. Guiado por Tino (el GPS humano) Speroni, el micro llegó a la explanada del monumento donde bajamos y comenzamos a caminar. Visitamos la Proa, la Torre, la Cripta (dedicada a Manuel Belgrano), el Patio Cívico, el Propileo (donde se encuentra la llama ardiente que representa al soldado que dio su vida por la patria) y la Galería de las Banderas, lugar en el que nuestros muchachos agotaron la tienda de los recuerdos.
Una vez finalizada la visita regresamos al micro para dirigirnos nuevamente al Club Alemán donde nos esperaban unas suculentas milanesas con papas fritas. El plato no podía contener a cada milanesa, pero evidentemente la caminata les abrió el apetito ya que en pocos minutos desaparecieron.
En media hora cada jugador juntó todas su pertenencias, bah uno utiliza la palabra “todas” pero todos sabemos que los chicos juntan lo que encuentran y generalmente no tienen mucha suerte en la búsqueda. Por eso, los entrenadores fueron los últimos en revisar el lugar y recolectar todo lo que quedaba olvidado. Al respecto, tengo una serie de objetos perdidos que llevaré el sábado al Club para reencontrarse con sus dueños.
A las 14:25 el micro, cargado de chicos cansados pero felices, partió de regreso a Buenos Aires. No hay muchas referencias del viaje de regreso, pero de acuerdo a las fotos publicadas, aparenta haber sido tranquilo.
Luego de sortear un embotellamiento típico de domingo a la tarde en Panamericana, el micro arribó al Club San Martín a las 19 hs. donde los integrantes de la Gloriosa M10 se reencontraron con sus familiares.
Como conclusión, ha sido una experiencia inolvidable para absolutamente todos los integrantes de la delegación y estamos convencidos que esta Gira aportó su granito de arena en la consolidación del grupo. Esta ha sido la primera de muchas Giras que los chicos tendrán a lo largo de su vida con el Rugby y ha cumplido con creces el objetivo de unir al grupo.
Muchas gracias a los chicos y a los entrenadores por la predisposición y la buena onda puesta en este evento y a los padres por habernos confiado a sus hijos para desarrollar esta actividad.
Leo Evert.
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