El asado salió muy rico y los chicos jugaron sin parar desde que llegaron hasta que los padres los "extirparon" de la cancha, pasada la medianoche.
Durante el asado se les hizo un merecido reconocimiento a Romina Avila y Bobby Favelukes, los dos entrenadores de la división, que tuvieron un trabajo brillante en este año, ayudando a formar y fortalecer a este grupo de amigos que tiene futuro de equipazo, no solo por sus cualidades rugbísticas sino sobre todo por la solidaridad y la unión que construyeron.
Un párrafo aparte merece la familia Rubio Spagnol que se hizo cargo de la organización, ocupandose de todos los detalles, con un resultado excelente. Salió todo perfecto.
¡¡Muchas gracias!!!
A las fotos...

Al principio, los chicos se sentaron tranquilamente en sus lugares y esperaron civilizadamente su comida....


¡Grande Nono! Preparó todo el asado. Salió exquisito. Y siempre de buena onda y con una sonrisa o un chiste a mano.
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