·
19 abr 2014
·
New York Times
·
Por JOHN F. BURNS
Golpes y contusión
cerebral: el lado oscuro del deporte
Desde la página 1 LONDRES — La discusión destinada a establecer cómo
reaccionar ante el número cada vez mayor de investigaciones que relacionan el
traumatismo cerebral con lesiones sufridas en los deportes se ha propagado en
toda Europa.
CHRIS BRUNSKILL/GETTY IMAGES
Hugo
Lloris, arquero, se desmayó en noviembre por un golpe pero siguió jugando al
recuperarse.
Los
especialistas médicos propician un cambio, y algunos equipos y atletas se
resisten en nombre de la tradición y del atractivo para los espectadores. Los
argumentos son similares a los esgrimidos en los deportes estadounidenses,
sobre todo en el fútbol americano.
En
el debate dentro del rugby y el fútbol repercute de casos estadounidenses como
la propuesta de un fallo por US$ 765 millones contra la National Football
League.
“Necesitamos un cambio fundamental de
cultura”, dijo Simon Kemp, médico principal de
la Rugby Football Union.
En
el rugby, el cambio se ve trabado por que el deporte vive un boom sin
precedentes. Después de haber estado largo tiempo a la sombra del fútbol, está
viviendo una época de esplendor: canchas con 80.000 simpatizantes; un amplio
público televisivo y una ola de ganancias que ha producido la primera
generación de jugadores millonarios en el deporte.
La
resistencia es también fuerte en el fútbol, un deporte con menos de los choques
violentos inherentes al rugby, pero donde no
obstante tres jugadores de alto nivel de la Premier League de Inglaterra
recibieron golpes que los dejaron inconscientes en los primeros cuatro meses de
la temporada.
Chris
Bryant, ex ministro de gabinete de un gobierno laborista anterior, hizo un
llamado a los equipos para que eviten los riesgos de una crisis de heridas en
la cabeza de la magnitud de la N.F.L. que pueda hacer peligrar financieramente
a los deportes.
“Viendo
lo ocurrido en EE.UU., es algo que puede tener un impacto dramático aquí”, dijo
Bryant, jugador de rugby aficionado.
En
un foro sobre traumatismos en los deportes que Bryant convocó en la Cámara de
los Comunes en marzo, funcionarios del rugby, el boxeo y el fútbol reconocieron
la necesidad de un cambio. También dijeron, empero, que el alcance del problema
y de las reformas regulatorias requeridas, deberá ser dictado por una
investigación más exhaustiva respecto de las lesiones cerebrales en sus
deportes, no por el juicio de la N.F.L. o los estudios médicos estadounidenses.
Para Kemp, los casos de encefalopatía
traumática crónica, la forma de lesión cerebral prolongada común entre ex
jugadores de la N.F.L., han sido pocos en los jugadores de rugby y provocaron
una sola muerte. Antes de precipitarse a aceptar los datos de la N.F.L., dijo
que prefería una investigación independiente “que establezca qué se debe hacer
para proteger el riesgo de los jugadores de rugby”.
Chris
Nowinski, ex jugador de defensa en el fútbol americano en Harvard y luchador
profesional cuyo libro “Head Games: Football’s Concussion Crisis”, sirvió de
base a un documental de 2012 que dio mayor trascendencia al tema en EE.UU.,
dijo que la postura británica lo exaspera. Bryant ha dicho que su campaña apunta a “manejar los riesgos” de traumatismo
mediante reformas voluntarias.
En la N. F. L., un jugador que queda
inconsciente a causa de un golpe ahora tiene prohibido volver a jugar en el
mismo partido. En rugby, un protocolo experimental da cinco minutos a los
médicos del equipo para determinar si un golpe en la cabeza es lo
suficientemente leve como para poder volver al campo de juego.
No
obstante, algunos acontecimientos recientes generaron preocupación, como la
muerte en 2011 de Ben Robinson, un jugador de rugby de 14 años en Irlanda del
Norte. El muchacho sufrió golpes en la cabeza tres veces durante un partido,
pero fue autorizado a volver a jugar después de los chequeos superficiales de
su entrenador. Luego se desplomó en medio de la cancha, y murió a los dos días.
En
noviembre pasado, el arquero del equipo londinense de fútbol Tottenham Hotspur,
Hugo Lloris, fue autorizado a volver a jugar después de quedar inconsciente por
un golpe, el tercer caso de ese tipo en la Premier League esa temporada. Lloris
siguió jugando casi 15 minutos hasta el silbato final. El entrenador del
Tottenham en aquel momento, André Villas-Boas, dijo que había consultado al
médico del equipo, pero una semana más tarde, Lloris fue desplazado porque no
aprobó las pruebas médicas.
El
padre de Ben, Peter, dijo después de la reunión de la Cámara de los Comunes:
“Nuestro hijo fue ‘evaluado’ tres veces. Pero
preguntarle a un chico ‘¿Estás bien?’ es ridículo porque naturalmente quiere
volver a la cancha.”
.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario